Los errores de las personas se pagan. Los errores personales tienen siempre un precio. Si un hombre fumador se daña los pulmones con años sin parar de fumar, y luego surge una enfermedad en ellos, será su responsabilidad, y tendrá un precio que pagar. Y en el caso del tabaco, las autoridades sanitarias lo llevan advirtiendo muchos años. Saltarse las advertencias es nuestra responsabilidad.
Esto me lleva a sentirme un poco indignado al conocer que la gestión de esta crisis del coronavirus por parte del gobierno, ha sido muy mala desde el principio. Y está costando vidas humanas. Más de 1.000 en España, es una auténtica tragedia, que ha dejado pequeño aquel nefasto día del 11 de Marzo de 2004 en Madrid.
Es una verdadera pena. No se puede saber como lo hubieran gestionado otras personas, pero lo que tengo bastante claro es que aquí el coronavirus no ha sorprendido de repente, ya que se conocía desde finales de Enero, sino que no se actuó con la contundencia necesaria, por un exceso de confianza, no veo otra explicación. Cuando se han tomado las primeras medidas, ya se habían cometido actos totalmente irresponsables, y las decisiones drásticas no eran ni consideradas.
Reconozco que mi ánimo a esta hora de la noche ya, está mezclado con unas emociones de rabia e indignación contra el Gobierno de España, y especialmente ciertos personajes nefastos.
De nuevo es una necesidad imperiosa de volcar la frustración en el único que puede dar alivio en estos momentos. Dios nuestro Señor.
Esto me lleva a sentirme un poco indignado al conocer que la gestión de esta crisis del coronavirus por parte del gobierno, ha sido muy mala desde el principio. Y está costando vidas humanas. Más de 1.000 en España, es una auténtica tragedia, que ha dejado pequeño aquel nefasto día del 11 de Marzo de 2004 en Madrid.
Es una verdadera pena. No se puede saber como lo hubieran gestionado otras personas, pero lo que tengo bastante claro es que aquí el coronavirus no ha sorprendido de repente, ya que se conocía desde finales de Enero, sino que no se actuó con la contundencia necesaria, por un exceso de confianza, no veo otra explicación. Cuando se han tomado las primeras medidas, ya se habían cometido actos totalmente irresponsables, y las decisiones drásticas no eran ni consideradas.
Reconozco que mi ánimo a esta hora de la noche ya, está mezclado con unas emociones de rabia e indignación contra el Gobierno de España, y especialmente ciertos personajes nefastos.
De nuevo es una necesidad imperiosa de volcar la frustración en el único que puede dar alivio en estos momentos. Dios nuestro Señor.
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