4º Domingo de Cuaresma, marcada por la pandemia del coronavirus que ha parado nuestras vidas normales. En mi Diócesis las misas quedaron suspendidas hace ya una semana.
La solución que hemos adoptado en mi casa, es "activar" la iglesia doméstica, realizando una celebración de la Palabra, siguiendo la Liturgia lo más fiel posible, incluyendo acto penitencial, profesión de fe, preces, etc. Después de las lecturas, he realizado una pequeña reflexión de las mismas. Hemos realizado la comunión espiritualmente, rito de la paz.
Hemos sido realmente conscientes de que el Señor se ha hecho presente entre nosotros, por medio de dos signos que han sido la paz y el gozo.
La solución que hemos adoptado en mi casa, es "activar" la iglesia doméstica, realizando una celebración de la Palabra, siguiendo la Liturgia lo más fiel posible, incluyendo acto penitencial, profesión de fe, preces, etc. Después de las lecturas, he realizado una pequeña reflexión de las mismas. Hemos realizado la comunión espiritualmente, rito de la paz.
Hemos sido realmente conscientes de que el Señor se ha hecho presente entre nosotros, por medio de dos signos que han sido la paz y el gozo.
«Porque donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos». (Mt, 18,20)
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